La pintura tanto para el artista como el observador es un acercamiento al mundo del subconsciente. En ella plasma el artista la esencia de su
alma y el deseo profundo de representar más allá de la realidad. La representación pictórica se casa con los conceptos acumulados de historias
personales entremezcladas con la obsesión suprema de búsqueda en caminos de colores y plasticidad. El pintor representa no sólo su época, si
no también su estado de locura social y relata su propia historia.
Es el trabajo que comulga con la tierra y sus múltiples miradas. No sólo es una cara sino múltiples caras de las obras, donde cada una de ellas bien nos puede hablar de algo diferente o ser la síntesis de un todo. La multiplicidad dentro de la unidad. A diferencia de la pintura ésta traspasa el sensor de la visión y se ínter-relaciona no sólo con el artista sino con el espectador. En su tridimensionalidad nos obliga a movernos y en este movimiento entramos en la danza de las perspectivas y su múltiples interpretaciones.
La fotografía es la conexión más estrecha que hay con la realidad y la intención de un artista. El momento del click nos transporta a una meta estudiada y robada al instante presente para ser admirada en un futuro expectante. La fotografía no es sólo un recuerdo, también es la frescura del tiempo y sus múltiples miradas. El fotógrafo juega con las imágenes y despierta las fantasías y emociones del momento retratado, produciendo en ella diversas lecturas e interpretaciones.
Soy hija de una artista y un loco, madre de tres hermosos hijos, hermana de cuatro bellas mujeres y dos aguerridos hombres, esposa y amante de un maravilloso hombre y sobre todas las cosas soy amiga. Pretendo a través de este espacio que los visitantes sientan eso, una profunda amistad enlazada con el arte, la poesía y la astrología.