Como Artista
Escribir una autobiografía es una tarea difícil de realizar. La descripción como persona y
artista puede variar tanto en mi mente como en mi trabajo plástico de hoy a mañana. Sin
embargo, en esencia me considero una persona con una gran capacidad para escuchar y
sobre todo de escucharme a mi misma.
Mi mente pocas veces calla, constantemente va preguntándose y respondiéndose sobre la
inquietante vida, llena de aventuras y caminos inexplorados. El arte es parte de esa aventura
y, siempre presente, me dio nombre y hizo de mi mundo un reino.
Desde niña viajaba mentalmente a ese reino y me inventaba cualquier cantidad de historias
mezclando la realidad con la fantasía, por lo cual adopté el seudónimo de “una princesita”. Mi
familia formó parte del reino mágico y guardábamos un tesoro maravilloso, la imaginación, a
través de la cual los sueños podían convertirse en realidad. Mis padres, los reyes, hacían
que el reino funcionara y nosotros (mis hermanos y yo), los príncipes, vivíamos múltiples
aventuras en el reino.
Y así fue como todo comenzó...
Poco a poco las historias fantásticas pasaron a formar parte del quehacer plástico de “una
princesita” representando pequeñas esculturas de princesas acompañadas de unicornios,
castillos mágicos, misteriosos magos, inquietos duendes, suntuosos reyes, entre otros
personajes que visitaban el reino conformaron gran parte de los primeros trabajos artísticos.
Hasta que un día, la princesita agotó sus ideas y pidió un descanso, salió del reino y se fue a
explorar otros caminos. En su andar conoció mucha gente, algunos fueron sus maestros,
otros se convirtieron en amigos; la vida poco a poco le llevaba por diferentes historias y
aventuras las cuales ella conservaba mediante un libro y una pluma...
dibujó sus experiencias y las extravió...
comenzó nuevamente y volvió a extraviar...
y así fue dejando notas, cartas, palabras por donde pasaba...
La princesa buscaba el amor, la felicidad, la sonrisa.
Se fue tan lejos que un día olvidó el camino de regreso a su reino y vagaba de historia en
historia, hasta que un día, un increíble caballero llegó a la princesa y sin proponérselo la
recobró de esos caminos lejanos y poco a poco le recordó su origen, sus historias, su amor,
su felicidad, todo estaba allí en su propio reino ecléctico lleno de cosas, sabores, sonido,
visiones.
El pincel la esperaba,
el barro todavía no tenía forma,
las palabras no estaban escritas.
Todo estaba allí intacto para que ella continuara explorando la vida y dándole un regalo a
cada visitante que pasara por su reino.
Pues, eso soy yo, una Princesa que espera por la visita de seres a mi reino para
obsequiarles mi amistad y como es un mundo mágico, es posible que se lleven algo más.
Juanita Incoronato, Una princesita.